Hay días donde solamente importa respirar, y otros en la que pensamos y analizamos todo lo que sucede a nuestro alrededor. Este es mi caso.
En las últimas jornadas nuestro país fue el centro de atención, debido a los hechos de violencia y confrontación que lastimosamente dañaron la imagen de Paraguay a nivel internacional. Sé que lo último mencionado (escrito) no es tan importante, pero imagínate lo que piensan los demás sobre nosotros, en fin…
Estamos en plena pandemia del Covid-19, hace ya un año, y todavía el sistema sanitario no se preparó. Es decir, andamos a la deriva y sin medicamentos.
¡Qué mal estamos!
Aparte de la problemática citada, somos gobernados por unos inoperantes e inútiles, corruptos y mafiosos, que solo piensan en la estabilidad y bienestar de cada uno de ellos.
¡Che kuerái! ¡Ndaogustovemai mba’eve!, son algunas de las frases que escuchamos a los compatriotas decir. Y si, están en lo cierto, ya cansa que siempre estemos viviendo de esa manera. Hasta en algunas oportunidades, ya nos sentimos impotentes y sin ganas de hacer nada. En síntesis, con los brazos cruzados.
¿Mba’e la oikopa ápe?
No es necesario profundizar todos los males de nuestra sociedad, digo esto, porque todos estamos enterados de los problemas que sufre el país. Sin embargo, igual voy a mencionarlos: Colapso sanitario, gente ambulando por las calles sin miedo al virus, políticos corruptos, la educación en crisis, jornadas de manifestación, violencia en las calles capitalinas, economía devastada. Todas estas situaciones me lleva a pensar en el futuro que nos espera.
La incertidumbre y el miedo se apodera de mí, estoy estudiando y trabajando al mismo tiempo, pero con todo esto me auto consulto a mi mismo ¿Me sirve lo que estoy haciendo?, y busco todas las respuestas posibles. Sin embargo, no las encuentro por ninguna parte.
No quiero escribir largo, porque enseguida dormiré. Lo último ¿Dónde están las vacunas?
Me dijeron que en la próximos días me responderán, así es que toca solamente esperar.
Fernando Gutiérrez 